La etnia secoya pertenece a la familia lingüística tukano occidental. Habitan los territorios cercanos al Cuyabeno, en las riberas y cuenca del río Aguarico. Secoya es el nombre de un río y de una quebrada considerada como su lugar de origen. En paicoca (lengua secoya) el nombre étnico es Siekóya pai, que significa "gente del río de rayas". Debido a sus largas cabelleras, se los conocía como "los encabellados". Los secoyas y sionas han permanecido emparentados desde hace mucho tiempo, sin embargo, en la actualidad se hace referencia a ellos como dos etnias separadas. Historia de la comunidad De acuerdo al relato de uno de los miembros de la comunidad, los secoyas llegaron juntos y se mantuvieron así durante un tiempo pero a partir de 1974, la etnia se dividió en comunidades. Se repartieron en primer lugar la tierra no pantanosa que facilitara el traslado de enfermos a algún poblado cercano. El trabajo de misioneros por evangelizar al grupo secoya, no tuvo mayores resultados. Por tanto la historia registra como inexistente la influencia misionera en esta etnia. En las décadas de los años 60 y 70, los misioneros del ILV incidieron en la conformación de centros poblados. Para facilitar el proceso evangelizador, en 1973 el misionero Jhonson , del ILV, apoyó en la búsqueda de terrenos y movilización para la conformación de la comunidad de San Pablo, siendo el principal fundador el señor Celestino Piaguaje. En ese entonces, solo 3 familias formaron parte de esa comunidad. Fueron llegando más familias y eran 14 cuando llegaron al lugar en el que viven actualmente. Por los linderos de ese territorio se encontraba una compañía de palma africana. Empezaron a hacer sus chacras, sembrando yuca y plátano. Con la llegada de más familias, la comunidad fue creciendo hasta constituirse en la que es hoy. Los ancianos cuentan que antes "había mucha montaña y animales para la cacería, árboles maderables y era muy bonito". Los secoyas no estuvieron exentos de los impactos y efectos de la explotación cauchera. Según se recogen los estudios etnográficos del Ecuador, los testimonios orales dan cuenta de la terrible explotación de la que fueron objeto: como recompensa por el trabajo de cuatro años en la recolección de caucho, se obtenía dos pantalones, una camisa y un hacha. Otros relatos hablan de la desaparición de hombres que eran llevados a lugares distintos para la extracción del caucho. A pesar de ello, los secoyas vivieron la época cauchera con menor crudeza que otras etnias. Posteriormente, las empresas petroleras utilizaron a los secoyas como mano de obra no calificada en el desbroce de la selva, la apertura de trochas y demás actividades. En la comunidad se han abandonado sus tradiciones religiosas, a causa de los procesos evangelizadores. Las prácticas religiosas nativas se realizan con fines del turismo, a manera de demostraciones. En lo que tiene que ver con las formas productivas, han desarrollado actividades ligadas a la dinámica del mercado, como las artesanías, la agricultura, especialemte horticultura itinerante y el turismo. Mantienen sus actividades de pesca y caza, aunque complementadas con la agricultura de autoconsumo. En cuanto a sus formas de convivencia social, cuando un hombre secoya contrae matrimonio con una mujer de otro grupo étnico, puede quedarse a vivir en la comunidad. La mujer secoya, al unirse a un hombre que no pertenece a su etnia, debe salir de la comunidad. Al alcanzar los 13 o 14 años, los hombres y mujeres secoyas pueden ya casarse. El tiempo de noviazgo y conocimiento dura de 3 a 7 días aproximadamente, en el que se dedican a preparar las festividades de la boda, visitarse entre las familias a ser emparentadas y a aleccionar a la futura pareja sobre sus nuevos roles a asumir. Visión de la comunidad: El deseo de las mujeres secoyas para los tiempos que vendrán es: "...tener una cancha deportiva grande, que sirva para todo juego, el internado del colegio que sea más bonito, la cocina de la comunidad, que haya una lavandería grande para no bajar al río que está muy contaminado, que las casas sean de cemento y de hojas de zinc, que el colegio tenga un huerto y que hayan piscinas comunitarias, para el bien de todos nuestros hijos". La psicinas hacen referencia a la actividad piscícola de especies nativas Para el futuro, los hombres secoyas "queremos que llegue una carretera para podernos transportar con más facilidad, tener energía eléctrica, que haya un Emetel, agua potable, canchas deportivas, una comunidad más grande, con todo lo necesario..." Día a día, las mujeres secoyas "nos levantamos a las 5 de la mañana, empezamos a prender la candela para cocinar nuestros alimentos, damos de comer a los hijos y esposo y empezamos la limpieza de los trastes de cocina y casa. Unas salimos al río a lavar la ropa, otras generalmente van a las chacras a limpiarlas o a hacer alguna siembra, estas pueden ser chacras de yuca, plátano o árboles frutales. Al regreso traemos yuca para hacer casabe o chicha y también traemos leña, plátano y guineos. La hora de regreso de la chacra es a las 4 de la tarde y nuevamente empezamos a cocinar, más tarde bajamos al río a bañarnos, después en la noche trabajamos en la artesanía haciendo collares, ollas de barro, tejer hamacas, shigras, canastos y tocer la chambira". En cuanto a las actividades de los hombres de la comunidad secoya
San Pablo: "los ancianos se levantan en la mañana, otros se van a trabajar, unos
a aserrar la tabla, otros a cosechar el café, otros desgranan maíz y tejen artesanía,
como los cernidores, etc. Los jóvenes se
levantan a tomar el yoco y otros se van a donde
está trabajando el papá. Los que estudian se van a clases y regresan en la tarde para
ayudar en los trabajos de los padres. Hay también días que se realiza mingas comunitarias donde participa toda la
comunidad, tanto hombres como mujeres y niños". | Ficha de la Comunidad | Equipo de Extensión | Promotores | |